¿Cuándo fue la última vez que te quejaste de algo? De no tener tiempo, no tener dinero, no tener el mejor trabajo, el mejor jefe, la mejor pareja… Es probable que no tengas que buscar muy lejos para encontrar tu última queja.

Y, ¿cuándo fue la última vez que diste las gracias por algo? Puede que recordar este momento te sea más difícil. Es posible que haya pasado mucho tiempo desde la última vez que te mostraste agradecido y sin embargo, en tu vida, hay muchas más cosas para agradecer que para quejarte.

En nuestra vida, en general,  hay muchas más cosas que funcionan que cosas que no funcionan, ¿por qué entonces parece que no somos capaces, de verlas? Nos enfocamos en lo que nos falta, en lo que queremos tener y nos sentimos defraudados por no haberlo conseguido. Nos castigamos por no tenerlo y hacemos de lo que nos falta, lo más importante de nuestras vidas.

Sin embargo, nos cuesta mucho trabajo valorar lo que tenemos, lo que hemos conseguido. Parece que una vez que lo hemos conseguido lo dejamos de valorar, pierde importancia y muchas veces ni siquiera nos damos un minuto para celebrarlo.

El ser capaces de ver lo que hemos conseguido, no quiere decir que tengamos que conformarnos con lo que tenemos. ¡Ni mucho menos! Es perfectamente natural que queramos llegar a más. El mundo es de los descontentos, de los que luchan, trabajan y pelean por conseguir unas circunstancias mejores.

Lo que yo os propongo es que trabajemos en ampliar nuestra visión y  que busquemos las dos caras de la moneda. Es importante que valoremos lo que hemos alcanzado,  que nos demos cuenta de lo que ya tenemos y de hasta donde hemos llegado.  Este reconocimiento, ademas de satisfacernos, nos aportará seguridad, decisión y confianza  para seguir avanzando.

Por eso, antes de volver a quejarte mira tu vida con perspectiva. Tómate tiempo para celebrar lo que tienes, agradece lo que hasta el momento has logrado y, desde ahí, sigue caminando para llegar aún más lejos.