¿Qué buscas de la vida?, ¿Qué necesitas para que tu vida sea una vida espectacular? Seguro que son miles las respuestas que te llegan a la cabeza: Un trabajo mejor, más dinero, una pareja que me entienda, una casa más grande.…
Si hicieras una lista aparecerían un montón de posibles mejoras que harían de tu vida, una vida más acorde con lo que tu quieres, pero ¿en que punto de la lista aparece la primera referencia a tu salud?
Probablemente, si tienes la suerte de tener una salud del montón, no aparecerá nada relacionado con ella hasta el punto 6 o 7 de la lista. Esa es la importancia que le damos y sin embargo, sin ella no podríamos disfrutar de ninguna de las otras cosas a las que hayamos dado mayor prioridad.
La salud es la mayor de las riquezas. Sabemos que es un bien finito pero preferimos olvidarnos de su fragilidad hasta que, a veces, es demasiado tarde.
Existen grandes diferencias entre la salud de unas y otra personas. Dan Buettner, científico, investigador y escritor del Natural Geographic, ha llevado a cabo un estudio sobre la vida en las Zonas Azules, entendiendo por Zonas Azules aquellas áreas del mundo donde se vive más tiempo y mejor.
Existen cuatro Zonas Azules conocidas : Okinawa en Japón, Cerdeña en Italia, Península Nicoya en Costa Rica y Loma Linda en California. En estas zonas, la edad media de vida es más elevada que en el resto del globo y sus habitantes no solo viven más, sino que viven mejor.
Científicos de todo el mundo han investigado las razones de esta longevidad. Después de considerar la importancia genética, a la que se le atribuyen el 25% del peso, queda un 75% que viene determinado por la forma de vida que llevan los habitantes de estos lugares.
Buettner, estudió su forma de vida, no solo para entender que es lo que hace que la salud de estas personas fuera considerablemente mejor que la del resto de la humanidad, sino para analizar en que proporción podrían aplicarse al resto del mundo.
En su libro Blue Zones, recoge sus hallazgos y hace una relación sobre las mejores prácticas para la salud y la longevidad. Estas son algunas de sus sugerencias:
Ejercicio físico moderado: La salud y la forma física están ligadas. Trabaja tu cuerpo de manera regular.
Comida sana: Come menos y más ligero. Comemos mucho más de lo que es necesario, reduce la cantidad de grasas saturadas y aumenta la ingesta de frutas y verduras. Te sentirás mejor y con mayor energía.
Duerme suficiente: Un sueño reparador es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo y de la mente.
Meditación: Diez o 15 minutos de meditación diaria nos aporta la serenidad y la energía necesaria para el resto del día.
Contacto físico. En gran medida nuestra vida actual deja poco espacio para el contacto físico y su efecto es muy beneficioso para nuestra salud.
Sus cálculos recogen que, si adaptamos nuestro estilo de vida introduciendo estos hábitos en nuestro día a día, no sólo estaremos aumentando nuestros años de vida, sino que estaremos mejorando la calidad del tiempo que vivamos.
Me parece muy bueno este artículo. Sin salud no hay nada y sin embargo muchas veces nos damos cuenta cuando ya es muy tarde.
Gracias Mónica, pensamos lo mismo.