¿Cuantas veces te has encontrado evitando hacer algo que sabes que tienes que hacer pero que no te apetece nada? Hay determinadas cosas que se nos atragantan y con tal de no hacerlas podemos encontrar mil excusas que justifiquen el retraso.

Todos posponemos cosas de vez en cuando pero hay algunos que lo hacen con más asiduidad que otros. Para estos expertos procrastinadores, el concluir proyectos por pequeños que sean puede ser tarea imposible.

La procrastinación es algo que nos sucede de manera natural cuando tenemos que hacer algo que nos parece aburrido o, simplemente, que no nos gusta hacer. Nuestra inclinación natural es posponerlo y ocuparnos en otras tareas que nos den una satisfacción directa e inmediata.

Según recientes estudios el 20% de las personas se identifican como procrastinadores crónicos y eso significa que no se limitan a posponer cosas a un área concreta de su vida sino que se extiende por todas ellas, convirtiéndose en una forma de vida en si misma.

Aunque tú no seas de los que están en la fase crónica, es posible que si seas un procrastinador en alguna medida. Si quieres acabar con este mal hábito, tienes que disponerte a actuar.

A continuación te dejo tres sugerencias que te pueden ayudar:

Evita la multitarea. Cuando haces muchas cosas al mismo tiempo es fácil posponer las que no te gustan y seguir teniendo tu tiempo lleno de actividad. El tener tu tiempo lleno te da la excusa perfecta para no hacer lo que no te apetece.

Evita las posibles distracciones: Cuanto más cosas tengas encima de la mesa más fácil será que te distraigas con ellas. Como distracción también incluyo las notificaciones de teléfonos y ordenadores. No hay nada que resulte más atrayente y a lo que nos cueste más resistirnos que al sonido de entrada de un email o un Whatsapp.

Y el último y más importante, quítale presión y baja tus expectativas.

Te propongo que pongas en practica el método de los 5 minutos. Proponte trabajar en ello, solo 5 minutos. Tras esos 5 minutos, si no quieres seguir, te permitirás dejar de hacerlo sin ningún pesar

Comprometerte a 5 minutos no es tan difícil, puede que siga sin apasionarte pero es algo que puedes hacer.

Cuando pongo esto en practica, después de esos 5 minutos casi nunca abandono. Normalmente acabo diciéndome “bueno, tampoco ha sido para tanto, puedo seguir un poco más” o en el mejor de los casos resulta que me engancho con el trabajo y continuo hasta darle un buen empujón.

Si el posponer las cosas ha sido tu costumbre hasta el momento, no quieras pasar de 0 a 100 en un día. Empieza con calma y tan suave como puedas. Se compasivo contigo mismo y te sorprenderás de la cantidad de cosas que consigues hacer y que antes te suponían un mundo.