Uno de los miedos con los que me encuentro más menudo, ya sea en sesiones de coaching o simplemente hablando con amigos, es el miedo que muchas personas tienen a no ser lo suficientemente buenos. La duda de si serán capaces da hacer algo y en algunos casos la falsa creencia de que no van a ser capaces de hacerlo, aparece de manera recurrente.

Precisamente lo hablaba la semana pasada en una sesión. Mi cliente está llena de planes que la ilusionan y que quiere llevar a cabo. Sabe lo que tiene que hacer pero, en vez de ponerse en marcha lleva tiempo inmovilizada por este miedo irracional.

La voz del miedo se ha hecho un hueco en su mente y las afirmaciones de “no voy a ser capaz”, “no sé suficiente”, “se van a dar cuenta de que soy un pluff», han ocupado su cabeza llenando su corazón de angustia y llevándola al inmovilismo más absoluto.

Estoy segura de que todos hemos escuchado esas voces en algún momento, y si no son exactamente esas, si otras muy similares que te han llenado de angustia y de inseguridad.

Si nos paramos a analizar lo que realmente tenemos aquí nos encontramos con que hemos generado una historia fundamentada sobre dos grandes absurdos.

En primer lugar, estamos dando a la opinión de los demás toda la credibilidad, como si fueran todo poderosos que todo lo saben y que no se equivocan nunca. En segundo lugar estamos adelantando unos acontecimientos que no tienen ninguna base real para desarrollarse como nosotros los estamos previendo.

Independientemente de como lo queramos ver, nos hemos montado en la cabeza una historia que nos empequeñece y para eso nos apoyamos en dos suposiciones que no tienen ningún fundamento.

¿Qué es lo que nos lleva a boicotearnos de esta manera? Podríamos hacerlo exactamente al revés. En lugar de contarnos esa historia con un final tan triste, ¿por qué no le damos la vuelta y cambiamos el final? Puestos a adelantar acontecimientos, ¿por qué no hacerlo de forma positiva?

¿Qué sientes mientras lees esto? ¿te reconoces en algo de lo que digo?
Si la respuesta es afirmativa, no te desesperes. Todos hemos estado ahí y todos volvemos al mismo punto cada determinado tiempo.

Lo que si te puedo proponer es una técnica que funciona para sobreponerte a esos momentos críticos

Hazte consciente de las voces de tu cabeza y aunque te parezca absurdo habla con ellas.
Si fuera un personaje el que habla, ¿cómo sería? ¿cómo iría vestido?
¿Por qué te está enviando esos mensajes? ¿Hay algo positivo en ellos?
¿Qué quiere conseguir?

El mantener una conversación con tus miedos te permitirá separarte de ellos y darte cuenta de que ese miedo no eres tú. Es un sentimiento dentro de ti, pero no eres tú. Y, si solo es un sentimiento dentro de ti, tú lo puedes manejar.

Da un paso al frente y reclama el control de tu vida y de tus actos. Te darás cuenta de que ante tu decisión, ese gran miedo que te bloqueaba se hace mucho más pequeñito o desaparece.