El estrés nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Se ha convertido en algo tan común, que todos nos hemos acostumbrado a vivir con él.
El estrés tiene distintos niveles y distinta importancia si bien, una dosis de estrés adecuada es favorable para el desarrollo de nuestro intelecto y nuestro cuerpo, nos hemos acostumbrado a vivir con niveles cada vez más altos por los que pagamos un precio muy elevado a nivel fisco y emocional.
El resultado de una encuesta realizada por Richard Kadison, Jefe de servicios de Salud Mental de la Universidad de Harvard, a 13500 estudiantes universitarios en EEUU, reportó que el 45% de los estudiantes habían declarado sentirse deprimidos y con dificultades para funcionar, mientras que el 94% se declaró abrumado por todo lo que tenía que hacer.
Estos datos, tomados de individuos que aparentemente deberían estar viviendo los años más felices de su vida, nos puede dar una idea de como está la sociedad en general.
El estrés no solo es el causante de gran parte de los trastornos psicológicos y físicos que experimenta la sociedad, sino que precisamente debido a esto, es el primer causante del absentismos laboral con un efecto directo en la economía de un país.
Es fácil eliminar el estrés de tu vida si te vas a vivir al pico de un monte, pero, si ese no es tu plan, si no estás dispuesto a sacrificar tus ambiciones, ni tu deseo de tener una vida de éxito profesional y familiar y, al mismo tiempo, quieres mantenerte sano y feliz , aquí tienes unas sugerencias que te pueden ayudar.
MÁS NO ES SIEMPRE MEJOR. El estrés igual que el ejercicio fisco, no solo no es perjudicial, sino que es saludable para el buen funcionamiento físico y mental, siempre que nos permitamos tiempos para recuperarnos.
Asegúrate de incluir en tu agenda periodos de recuperación a nivel Micro, Medio y Macro.
Micro: Para 10 minutos cada dos horas. Levántate de la mesa. date un paseo, habla con un compañero. Todo vale, pero asegurase de parar y realmente de desconectar cada dos horas.
Medio: Duerme entre siete y ocho horas al día y asegurase de desconectar del trabajo al menos 1 día a la semana como poco.
Macro: No sacrifiques tus vacaciones. Por mucho trabajo que tengas, necesitas recargarte si quieres ser capaz de seguir.
LA CANTIDAD AFECTA LA CALIDAD: Aprende a simplificar, si quieres llevar una vida feliz tendrás que aprender a hacer menos en lugar de hacer más.
No pretendas llenarte la agenda y llegar a todo. En vez de intentar hacer las cosas perfectas, plantéate cual es el nivel óptimo. Haz dos listas, la primera con las cosas que podrías hacer si vivieras en un mundo perfecto y la segunda, con que sería óptimo teniendo en cuenta tus circunstancias actuales.
No te hagas trampas, lo que no esté en la lista de lo óptimo, delégalo o simple descártalo,
EVITA LA MULTITAREA: En la vida laboral y en la personal ¿Has probado a escuchar tus dos canciones favoritas al mismo tiempo? No hace falta que lo intentes. Sabes que no funcionará. Lo mismo pasa si estás hablando por teléfono con una amiga, jugando con tus hijos y viendo la televisión. Tampoco funciona. Solo generará más estrés.
APRENDE A DECIR NO: Ya sabemos que es la palabra más difícil del diccionario, pero tendrás que aprender a decir no a personas y a oportunidades si quieres tomar el control de tu vida.
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