Si pudiéramos elegir, probablemente, a todos nos gustaría pasar el día haciendo cosas que nos dieran placer, nos resultaran divertidas y nos aportaran felicidad. Esto, sería perfecto, en un mundo perfecto, pero en el mundo en el que vivimos, en la mayoría de los casos, eso no es posible.

Bien por necesidad o bien por propia elección, todos atravesamos periodos en la vida en la que la mayor parte de las cosas que hacemos no nos proporcionan ningún placer.

Afortunadamente, esto no significa que por ello tengamos que ser personas infelices durante esos periodos. Aquí entra en juego lo que Tal Ben Shahar, denomina “potenciadores de la felicidad” y consiste en la realización de actividades sencillas y gratificantes, que no nos quiten mucho tiempo, pero que tengan un efecto motivador que se extienda por el resto de nuestra vida y la contagie de ilusión.

Las actividades placenteras pueden funcionar como una vela en un cuarto oscuro. De la misma manera que con una o dos velas puedes iluminar un espacio físico, con una o dos experiencias gratificantes durante un periodo especialmente desmotivante, puedes cambiar tu estado de ánimo y tu humor.

No tienen que ser grandes cosas, el simple hecho de pasar más tiempo de calidad con la familia, hacer ejercicio, o quedar con amigos, puede tener un gran efecto en el resto de tu día y darte ese empujón de felicidad que necesitas.

Si estás atravesando un periodo en el que la mayor parte de las cosas que haces no te proporcionan el placer suficiente para mantenerte ilusionado, ponte manos a la obra y haz una lista con aquellas cosas que te dan satisfacción y no te ocupan mucho tiempo

Inclúyelas en tu programación semanal y si es posible haz de ellas un hábito. Te proporcionaran la inyección de energía necesaria para recargarte las pilas y proporcionarte un nivel sano de bienestar.