«Vigila la reacciones causadas por tus palabras, pues no volverán al mismo punto sin haber causado su efecto» – Florence Scovel Shinn

 

Todos hemos oído una y mil veces que las palabras tienen poder, pero probablemente hayamos considerado la afirmación como una frase hecha que poco o nada tiene que ver con nosotros.

Pocas veces somos conscientes de que el lenguaje que utilizamos da forma a nuestra manera de ver la realidad. Las palabras son las herramientas básicas con las que representamos nuestro mundo y creamos nuestros pensamientos.

Te propongo un ejercicio para explicarte a lo que me refiero.

Piensa por un momento en lo que vas a hacer esta tarde. Quiero que lo hagas con detalle, ¿en que va a consistir? ¿a que hora lo harás?, ¿cómo te vas a sentir?

¿Has podido hacerlo sin ponerle palabras? Seguramente no, probablemente hayas empezado una conversación contigo mismo en la que te has explicado con todo lujo de detalles que es lo que vas a hacer esta tarde.

Y ¿qué palabras has utilizado? ¿cuáles han sido los adjetivos que has usado? Dependiendo se has utilizado un lenguaje positivo o negativo, te has predispuesto de una manera u otra. Y eso ya de entrada va a afectar a tu manera de actuar.

Hagamos otro ejercicio.

Cierra los ojos y dí, “estoy triste”. ¿Cómo te hace sentir? Es casi seguro que hayas notado un peso en alguna parte de tu cuerpo.

Repite el ejercicio pero ahora di ahora “estoy contento”. ¿Cómo te sientes? ¿Hay alguna diferencia?

¿Ha pasado algo en los últimos minutos que e haya hecho sentir triste o contento? Probablemente no. Simplemente has repetido unas frases y sorprendentemente lo que has dicho, ha influido en tu estado de ánimo. Ese es el poder de las palabras.

Las palabras no solo tienen la posibilidad de hacerte sentir lo que nombran, sino que también pueden modificar lo que sientes.

Si quieres, puedes repetir el ejercicio utilizando ahora estas tres afirmaciones y después de cada frase intenta identificar el sentimiento que genera en ti.

  • Estoy bien
  • Me siento fenomenal
  • Estoy de cine

Las tres frases pueden estar definiendo el mismo estado, pero sin embargo, es probable que te hayan hecho sentir de manera diferente.  A eso es a lo que me refiero cuando te digo que las palabras pueden matizar tus sentimientos.

Te invito a que lo pruebes con tu vocabulario. Busca cuales son las palabras que utilizas más menudo para describirte, para expresar tus emociones y cámbialas por otras que sean más positivas.

El lenguaje que utilizas para definir situaciones, emociones y sentimientos puede emponderarte o debilitarte. Tu decides como te quieres tratar.