¿Cuánto tiempo eres capaz de mantener tu concentración sin tener la urgente necesidad de mirar tu móvil en busca del último mensaje de mail o Whatsapp? ¿Cuántas veces al día entras en Facebook o en Twitter para comprobar qué es lo que está pasando?

Vivimos una era de enormes distracciones. El estar comunicados las 24 horas del día nos ha hecho adictos a un flujo constate de información que nos provoca una satisfacción breve pero inmediata.

¿Alguien recuerda cómo vivíamos antes de que internet y las modernas tecnologías entraran en nuestras vidas?

¿Recordáis como se funcionaba cuando solo existía el fax y todos estábamos supeditados un teléfono fijo? No ha pasado tanto tiempo y sin embargo, aquellos años nos parecen la prehistoria.

Internet ha entrado en nuestras vidas. Y, no podemos negar que nos la facilita en gran medida pero, como se suele decir, «es un buen siervo pero un mal señor».

Cualquier persona, diariamente está bombardeada con mucha más información de la que es capaz de asimilar. De media, es interrumpida cada 11 minutos y chequea su teléfono 110 veces.

La situación es tan dramática que empieza a ser necesario plantearse seriamente unos momentos de desconexión. El problema es que dependemos de tal manera de internet que nos hemos convertido en adictos.

Hasta el New York Times se ha hecho eco de este fenómeno. El artículo de Tony Schwart “Addicted to Distraction ” fue el más compartido en las 24 horas siguientes a su publicación y obtuvo miles de posts en Facebook y Twitter.

«El cerebro en su afán de descubrir novedades, de mantener un estímulo constante y de alcanzar una gratificación inmediata crea algo denominado bucle compulsivo y al igual que los adictos a las drogas, necesitamos cada vez una dosis mayor para conseguir el mismo efecto.

Según los últimos estudios una ejecutivo medio pasa aproximadamente 6 horas al día atendiendo emails y en este tiempo no está incluido el tiempo que pasa navegando o chequeado las redes sociales».

Chequear emails es una actividad fácil que nos aporta la gratificante ilusión de sentir que trabajamos mientras que, en realidad, lo que de verdad estamos haciendo, es perder un tiempo precioso.

El tiempo es el gran nivelador. Todos tenemos 24 horas al día. Esto es incuestionable e inamovible. No importa quien seas ni a que te dediques. Las 24 horas son comunes para todos. La gran diferencia es el uso que hagamos de ellas.

Si realmente quieres sacar más provecho a tu día, una de las mejores medidas que puedes poner en práctica es reducir tu tiempo en internet.  Tómatelo como un reto y no subestimes su dificultad, inténtalo y te darás cuenta de hasta que punto es complicado.

Algunas sugerencias que pueden resultarte útiles.

  1. Suprimir las alarmas de entrada de mensajes en todos los dispositivos.
  2. Dedica las primeras horas del día a trabajar en aquellas cosas que realmente necesiten tu atención y hazlo antes de abrir el Mail.
  3. Fíjate un día a la semana para vivir sin tecnología.